domingo, 5 de abril de 2015

5.





5.

Azul camino del violáceo.
Una pupila que te mira
se hace clípeo
y a cada parpadeo reinicia
tu proceso de putrefacción.
Al espejo te asemejaste
por un instante,
y la caída de la noche
te devolvió a tus huesos.
En manos de los niños
suenan (tus huesos)
y tocan himnos
rescatados de tus batallas.
Oh, ¿pero qué suena ahora?
En manos de las madres
es la percusión del sueño,
el dulce sueño
que alivia naciones
y las sumerge en fosfenos
intrauterinos.

La espada ha descuartizado
el crimen en pedazos digestivos.
No es lo mismo llorar
a un ser completo
que a un no-ser parcial
a quien la nube se presta
como bruma maleable
para su reconstrucción.




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