domingo, 29 de marzo de 2015

2.

Créditos de la foto (click)

 2.
Cada día, un cielo nuevo
pues los pedestales e ídolos
son estrictamente humanos.
Todo lo demás
no teme perderse,
no busca prolongarse.
Regiones desérticas,
al permitirle el paso a anchos ríos,
alivian la muerte que prodigan.
Pero una crueldad velada
satura los colores del paraíso.
La noche es el último refugio.

Esclava de esta belleza,
solo quiero que acabe,
retornar al frenético cambio de estaciones
de mi propio paisaje.
No puedo no mirar y no ignorar
que lo dejo marchar.

Ah. 

Ya empiezan a ensuciarse los colores.
Fundido a negro, cargado en un 77%.

Soy un poco más libre.

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