5.
Azul
camino del violáceo.
Una
pupila que te mira
se hace
clípeo
y a
cada parpadeo reinicia
tu
proceso de putrefacción.
Al
espejo te asemejaste
por un
instante,
y la caída
de la noche
te
devolvió a tus huesos.
En
manos de los niños
suenan
(tus huesos)
y tocan
himnos
rescatados
de tus batallas.
Oh,
¿pero qué suena ahora?
En
manos de las madres
es la
percusión del sueño,
el
dulce sueño
que alivia
naciones
y las sumerge en fosfenos
intrauterinos.
intrauterinos.
La
espada ha descuartizado
el
crimen en pedazos digestivos.
No es
lo mismo llorar
a un
ser completo
que a
un no-ser parcial
a quien
la nube se presta
como
bruma maleable
para su reconstrucción.-
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